martes, 16 de diciembre de 2008

Lucus


Existe unha cidade que che rouba o corazón, unha cidade que te apresa e xa nunca te deixa, unha cidade que necesitas, que te chama, e que cando estás lonxe chóraslle e entendes o significado da melancolía. Cada vez que volto enaxénome dela e síntome chea de algo que debe ser espíritu ou tal vez sexa a miña alma que agarda ó meu corpo detrás da muralla, sexa o que sexa pídeme que volva, demasiado tempo alonxadas, dase conta de que se non chego a tempo esquecerei o que realmente son.
Aquí xa nada é o mesmo, a aventura rematou e agora queda a realidade, a hora de voltar, de non buscar mais, pois unha vez todo explorado hai que voltar ó carón da nai que me acuna, a cidade que me protexe, a tranquilidade que me axuda a non entolecer.
Si, tenche defectos, pero parecen menos importantes que noutro lugar.

Sempre estarei regresando.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Belleza colosal


- Mira, observa el paraíso a tu alrededor.- dijo mientras describía una parábola en el aire con su brazo desde su cuerpo hacia el cielo, como si lo cubriese todo con un manto de irreal genialidad.

Yo fruncía el ceño en un esfuerzo por adivinar su visión.

- ¿Aún no lo logras? Tal vez estes centrándote en un punto sin importancia, en las trampas superfluas de la vida. Cierra los ojos y no los abras hasta que empieces a percibirlo.

Cerré los ojos.
Cuando empezaba a creer que no podría ver más allá de la oscuridad se me presentó la imagen de ese brazo hipnotizador de antes, repitiendo ese movimiento una y otra vez como evidenciando la respuesta que necesitaba.
Tuvo que repetirse esa imagen mental unas diez veces para que en una onceava vez empezase a intuir lo indemostrable.
Abrí los ojos, todo parecía igual, pero a cada pestañeo que ejecutaba los colores mortecinos de la realidad se tornaban más intensos y vehementes. Los detalles minúsculos comenzaban a hacerse visibles en la monotonía.
Los trazos de belleza se iban sumando hasta que mis ojos no pudieron contenerla y mis lágrimas brotaron por mi rostro como lo hacen los fuegos artificiales en el cielo en una noche callada.
Mi emoción era insoportable. Parecía encontrarme subida en una montaña rusa en la que no veía el final.
Finalmente perdí el conocimiento.

- ¡Dígame, por favor! ¿Cree que me estoy volviendo loca?

jueves, 4 de diciembre de 2008

Un recuerdo lejano


Vagando por los pasillos de mi mente un recuerdo se me cruzó, recuerdo que era feliz, pero ahora apenas siento que fuese mio.

Busco con desesperación esa canción que me devuelva los sentimientos del pasado, agito cajas, remuevo objetos, nada.

En medio de una habitación que semeja estar al revés empiezo a reflexionar. Si, mi cabeza dice que era un recuerdo feliz que se usó, se gastó y no puedo reutilizar, ¿por qué mi corazón no reacciona?

La melodía comienza a sonar...

Una densa niebla desciende desde mi imaginación mezclada con estrellas metálicas que retintinean al rozarse y una escena discurre ante mis ojos.

Ahí estoy yo, que entrañable, que ilusa, pero estoy triste, las lágrimas caen como una cascada por mis mejillas. Estoy observando una caja que apenas tiene cuatro objetos como si lo fueran todo para mi, me seco las lágrimas y me pongo en movimiento. Cojo un cuchillo y comienzo a rasgar la moqueta bajo el armario, ya no hay tristeza, sino reconstrucción. Cojo los objetos de esa caja que no logro ver con claridad y los introduzco en esa pequeña hendidura que me ayudará a olvidar, para luego coser la abertura, para cerrar la herida.

Ya empiezo a recordar, fue aquel día que enterré mi inocencia.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Alma con alma



Porque no quiero perderte
dibujaré una diana en mi corazón
y esperaré con los ojos cerrados
que tengas buena puntería.

Porque te necesito para saber
como la vida puede sonreir
sin que una sombra
oscurezca mi existencia,

escalaré cuantas montañes me dibujes,
pelearé con los monstruos que te atormentan
y exhalaré el aliento que me quede
aguardando cuantos años necesites
para descifrar mi alma.

Inmobil,
sin desviar mi mirada de la tuya,
para que un día hipnotizado
te zambullas en ella
y bucees todos mis mares,
tal vez encuentres el arrecife
que te deje allí varado
y eso no te disguste.

Te asustará lo que descubras
y será tarde para escapar,
navegarás por mis lagrimas
desesperado por una salida,
buscando que tu vida
sea la de antes.

No tardarás en notar
que has perdido algo en tu camino
y no hallarás el rumbo
que te traiga de vuelta.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Un día la música sonó en mi cabeza


Como cerrar las heridas,

como llorar todo lo que duele,

como empezar de cero

con ilusiones ya perdidas.

Como sentir que sin ti puedo

alzar la vista hasta el cielo,

como tocar un sueño

que con humo desaparece.

Tal vez algún día,

tal vez en un momento

sienta que no te tengo

y eso sea bueno.

Olvida que existimos,

olvida aquel cuento de lamentos,

ya no nos merecemos,

todo aquello queda lejos.

Tan solo una llama


Tal vez te he decepcionado,
tal vez has creido ver algo en mi
que nunca ha existido,
tal vez te has equivocado.

Dejaré que vueles muy alto
aunque así no pueda verte
y si algún día
vuelves a ver algún brillo en mi,
aquí seguiré,
como siempre,
nunca fui muy llamativa,
tal vez ese haya sido el fraude,
querías fuegos artificiales
y tan solo encontraste una hoguera
convirtiendose en brasas,
no me apagaré del todo por ello,
permaneceré en mi solitaria existencia
iluminando en una estrecha distancia
los rostros que curiosos se acerquen a observarme.

Mientras tú te iluminas en colores y formas irreales,
transformándote en lo más bello que hay en ti
yo te observaré desde la superficie
y si algún día decides bajar
por un momento a descansar
no olvides visitarme,
yo seguiré sin apagarme,
constante en mi volubilidad,
en mi siniestra soledad
pero atesórate tu magia
para ofrecérsela a otra criatura,
tal vez nunca me refleje
en el espejo que tienes para mi.

Desaparezco



Estoy en una habitación blanca, sin paredes, sin suelo, sin techo. El tiempo no existe. Hay demasiada luz y eso me hace sentir incómoda. Yo estoy de pie, esperando... me agarro una mano con la otra apretándolas con fuerza sin parar de moverlas, las muecas de mi boca son incontenibles y mis ojos no encuentran un lugar apacible donde posarse.
No estoy sola, están todos conmigo y sonrío, no hay por qué inquietarse. Sus manos están asidas a mi vestimenta, me gusta porque les siento conmigo.
Algo extraño ocurre, parece como que a cada parpadear se alejan una distancia casi imperceptible, no puedo detenerles, mis movimientos son excesivamente lentos y me falta la voz. Mis prendas empiezan a deformarse y a estirar, me están oprimiendo, la primera brecha prende como una llama hasta que no queda nada, dejándome desnuda en medio de la habitación con una luz cada vez más insoportable sin saber que hacer.
Ahora soy muy débil, el aliento que arrastra, una palabra me derribaría.
Una puerta invisible se abre...

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Tal vez un cuento


Es de noche y hace frío. Un muchacho corre sin aliento por una calle vacía bajo la lluvia, sus pisadas a penas son susurros. No parece saber a donde se dirige, corre en un sentido para cambiarlo una y otra vez. Parece no poder salir de esa calle, pero eso no le hace detenerse. Finalmente cae rendido de cansancio y la luna llena le observa y le cuida el resto de la noche.

Es de día, hace sol. Un muchacho empieza temprano a cumplir su agenda, todas las horas del día tienen dueño, parece tranquilo, no tiene que pensar, solo seguir las flechas imaginarias que se dibujan ante sus pies.

Estamos en el ocaso, no hace frío ni calor. Un muchacho cierra los ojos... respira... sonríe...

¿Cuantas balas puede soportar un corazón?



"Es difícil hacer saber a alguien
que puede contar contigo."

Hay seres a los que les cuesta
creer que cuentan
con la gente que le importa...

son huidizos,
quieren conocer,
se acercan,
observan,
pero en cuanto clavas tu mirada
en sus ojos
escapan,
y tardan un tiempo en reaparecer.

Parecen distantes,
fríos,
que no sienten,
pero ocurre todo lo contrario.

Están enfadados con el mundo
y la distancia es su único escudo
para que no les vuelvan a herir.

Saben que si confían están perdidos
porque no podrían soportar perder
a aquellos que albergan en sus vidas.

Y tarde o temprano la gente tiene que partir,
hacen su maleta y se van...
dejando en tu corazón
un hueco del tamaño de una bala.

Dime:
¿Cuantas balas puede soportar un corazón?



Te irás,
me olvidarás,
y un día un recuerdo asaltará tu mente.
Pensarás que solo será un episodio de tus sueños,
no tiene importancia,
no es real.

Un cuento que escribir,
un recuerdo mentiroso
que tuviste que matar,
tranquilo,
no hay culpables,
hiciste lo que debías hacer,
quizás lo mejor para todos,
quizás el sacrificio hecho
persiguiendo ciegamente
la felicidad.

Espero que merezca la pena...

Pensamientos atormentados


No soy más que un ser

que empezó a existir sin querer.

En un lugar equivocado,

y en un tiempo que no comprendo.

No teniendo sombra

me persigue la infelicidad

vestida de luto

esperando que caiga rendida

en el pozo de la incomprensión.

Tal vez ya haya caido

y estos pensamientos

formen parte de un limbo

en forma de espiral

cuyo final nunca alcanzaré.

Procuraré no pensar

para que mis afilados pensamientos

no me asesinen.