viernes, 28 de noviembre de 2008
Desaparezco
Estoy en una habitación blanca, sin paredes, sin suelo, sin techo. El tiempo no existe. Hay demasiada luz y eso me hace sentir incómoda. Yo estoy de pie, esperando... me agarro una mano con la otra apretándolas con fuerza sin parar de moverlas, las muecas de mi boca son incontenibles y mis ojos no encuentran un lugar apacible donde posarse.
No estoy sola, están todos conmigo y sonrío, no hay por qué inquietarse. Sus manos están asidas a mi vestimenta, me gusta porque les siento conmigo.
Algo extraño ocurre, parece como que a cada parpadear se alejan una distancia casi imperceptible, no puedo detenerles, mis movimientos son excesivamente lentos y me falta la voz. Mis prendas empiezan a deformarse y a estirar, me están oprimiendo, la primera brecha prende como una llama hasta que no queda nada, dejándome desnuda en medio de la habitación con una luz cada vez más insoportable sin saber que hacer.
Ahora soy muy débil, el aliento que arrastra, una palabra me derribaría.
Una puerta invisible se abre...
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