Bebo los últimos sorbos de este intenso café.
Siempre dejo unas gotas esperando que
con los granos más rebeldes de azúcar
que no se quieren disolver
me dibujen el futuro.
Pero nunca ocurre,
o lo tengo delante de mis narices
y no lo sé leer.
Gracias a la televisión
parece que miro algo,
pero no logro ver nada
que esté fuera de mi.
Pensar no crea,
quiero vivir
que es lo único que puedo tocar.
Nada se puede poseer,
ni siquiera el propio corazón.
Solo veo tus ojos en la oscuridad
pero ninguna palabra.
Todo se deja al viento
y parece que pronto empezará a soplar.
¿A dónde me llevas hoy?